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May 25, 2024
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Estrategias de precios para emprendedores de cursos en línea

Estrategias de precios para cursos en línea. ¿Ponle precio a tus cursos por miles de dólares o los ofreces gratis? Hay una gran variedad de opciones de precios

Estrategias de precios para emprendedores de cursos en línea

¿Alguna vez te has estado rascando la cabeza intentando averiguar el número mágico que hará que tu curso en línea sea un éxito sin asustar a los posibles alumnos? No estás solo. Muchos emprendedores recorren la delgada línea entre la rentabilidad y la accesibilidad a la hora de fijar el precio de sus cursos en línea. Así que, si alguna vez te has preguntado si estás cobrando demasiado o quizás demasiado poco, toma una silla, amigo mío, ¡has venido al lugar correcto!

En esta publicación, descubriremos los secretos detrás de las estrategias de precios eficaces que no solo aumentan tus ingresos, sino que también mejoran el atractivo de tu curso. Cubriremos todas las bases, desde entender las carteras de su audiencia hasta adaptar el valor de sus cursos a sus expectativas. Al final de esta guía, tendrás un conjunto de herramientas repleto de estrategias, listas para ayudarte a fijar el precio que te permita alcanzar el éxito en el competitivo mundo de educación en línea.

Empecemos ahondando en la base misma de cualquier estrategia de precios exitosa: conocer a tu audiencia. No se trata solo de ver quién apuesta a un precio determinado, sino de comprender todo el espectro de su panorama económico y sus preferencias de aprendizaje.

Entender a tu audiencia

Bien, vayamos al grano: ¿quién se va a apuntar a tu curso? No nos limitamos a tirar espaguetis a la pared para ver qué se queda, sino que estamos hablando de determinar exactamente quién hará clic en «Comprar ahora». ¿Son estudiantes noctámbulos que se están preparando para los exámenes, o son profesionales madrugadores que buscan perfeccionar sus habilidades antes de la rutina de 9 a 5? ¡A las 5 a. m., club!

Esta es la primicia: el precio que le pongas a tu curso debería tener sentido para las personas a las que te diriges. Imagínate esto: estás vendiendo deliciosas hamburguesas gourmet en una ciudad que se nutre de las ofertas de menú a precios asequibles. No va a funcionar, ¿verdad? Del mismo modo, si tu curso cuesta más que el presupuesto mensual de entretenimiento de tu audiencia, tus ventas podrían caer en el escenario de un pueblo fantasma.

Dale la vuelta al guion y considera lo siguiente: a veces, fijar precios demasiado bajos puede resultar contraproducente, lo que hace que la gente se pregunte si van a optar por un limón en lugar de por una limonada. Es como cuando ves un precio demasiado bueno para ser verdad, te vuelves escéptico, ¿verdad? O piensas que la información es simplemente basura.

He aquí un pequeño truco para que conozcas a tu público: piensa en tu curso como un concierto de rock o probablemente un concierto de Taylor Swift hoy en día, ¿verdad? ¿Tus alumnos potenciales son del tipo que derrocha en pases para el backstage, o es que se les pasa bien la sangre por la nariz? Tienes que averiguar si prefieren un pase de acceso completo con mucha interacción o simplemente un billete básico para navegar a su propio ritmo.

Puedes descubrir estas joyas enviando encuestas, generando conversaciones en las redes sociales o analizando los datos de tus ofertas anteriores. Busca tendencias demográficas, como la edad, el campo profesional, las actividades educativas o incluso dónde pasan el rato en línea. No se trata solo de recopilar estadísticas por el simple hecho de hacerlo, sino de sintonizar con la frecuencia de tu audiencia: qué es lo que realmente necesita y cuánto está dispuesto a pagar y, con suerte, seguir pagando.

Propuesta de valor

Ahora, hablemos de algo que puede sonar un poco corporativo pero que es muy importante: la propuesta de valor de su curso. No se trata solo de lo que ofrece tu curso, sino de por qué alguien debería preocuparse lo suficiente como para sacar su cartera. Es como estar en una fiesta y decidir si vas a dedicar tu tiempo a escuchar al campeón del karaoke o al tío con la guitarra en la esquina. Ambas son buenas, pero ¿cuál te hace querer quedarte a escuchar?

Lo primero es lo primero, ¿qué hace que tu recorrido sea las brillantes Infinity Stones en un mar de aburridos vendedores ambulantes? Tal vez lo imparta un experto de primer nivel en la materia, o quizás incluya recursos exclusivos que los alumnos no pueden encontrar en ningún otro lugar. ¿O podría ser que promete ofrecer habilidades rápidamente y convertir a los principiantes en profesionales en poco tiempo? Sea lo que sea, ¡ese es tu gancho!

Pero aquí está el truco: tienes que asegurarte de que tu precio cuente la misma historia que tu anzuelo. Ponle un precio demasiado bajo y el mensaje podría ser: «Este es solo otro curso común y corriente». Si lo subes demasiado, los clientes potenciales podrían darse por vencidos, pensando que está fuera de su alcance.

Piénsalo de la siguiente manera: si tu curso es un pase entre bastidores a los secretos del sector, tu precio tiene que ser de lo más alto sin que tu público sienta que está derrochando en un derroche único en la vida. Se trata de encontrar ese punto óptimo en el que el precio parezca una obviedad en relación con la relación calidad-precio que están obteniendo.

Y recuerda que no se trata solo de lo que crees que vale, sino de lo que tu audiencia cree que está recibiendo. Es como convencer a tu amigo de que pruebe esa nueva tienda de tacos al final de la calle cuando no quiere ir a ningún otro lugar que no sea McDonald's.

Modelos de precios para cursos en línea

Muy bien, sumerjámonos en el mundo de los modelos de precios, porque seamos sinceros: no todos los cursos deberían tener el mismo precio. Es como los zapatos; no usarías chanclas para ir a hacer snowboard, ¿verdad? Lo mismo ocurre con los precios: lo que funciona para un curso puede ser un fracaso total para otro. Vamos a desglosar a los jugadores más importantes del juego para que puedas elegir el que mejor se adapte a tus necesidades.

Cuota única:

Esta es la oferta de «paga una vez y es tuyo para siempre». Es sencillo, como comprar un libro. Pagas, eres el dueño, fin de la historia. Es perfecto para los cursos que ofrecen contenido que no cambia mucho con el tiempo, como aprender un software específico o una habilidad atemporal.

Modelo de suscripción:

Piense en esto como si fuera su membresía de Netflix o de un gimnasio. Pagas una tarifa regular para acceder al contenido durante un período determinado. Ideal para cursos que se actualizan o amplían continuamente, como los de campos que cambian rápidamente, como marketing digital o avances tecnológicos.

Precios escalonados:

Aquí es donde puedes dar rienda suelta a tu creatividad. Ofrece diferentes niveles de acceso o bonificaciones según el nivel que elijan tus estudiantes. Es como un concierto con entradas generales, pases VIP y pases para el backstage. Cada nivel sube la apuesta con más ventajas y un toque personal.

Cada modelo tiene sus ventajas y desventajas:

  • Los cursos de pago único son sencillos y atractivos, pero pueden limitar tus ingresos a una sola transacción.
  • Los modelos de suscripción prometen un flujo de ingresos constante, siempre que puedas mantener tu contenido actualizado y lo suficientemente atractivo como para evitar la pérdida de clientes.
  • Los precios escalonados se adaptan a diferentes presupuestos y necesidades, pero puede resultar difícil equilibrar y comercializar sin confundir a los compradores potenciales.

Entonces, ¿cómo eliges? Considera tu contenido, tu estilo de entrega y, lo que es más importante, tu audiencia. ¿Con qué se sienten cómodos? ¿Qué tiene sentido para el material que estás entregando? Es un poco como buscar pareja: alinea tu modelo con las expectativas de tu audiencia y con el estilo único de tu curso.

Análisis competitivo

Ahora, abordemos el astuto pero crucial arte del análisis competitivo. No se trata de espiar a los vecinos entre los arbustos; se trata más bien de echar un vistazo a sus decoraciones navideñas para ver a qué te enfrentas. Entender lo que cobran los demás puede ayudarte a hacerte un hueco en el abarrotado mercado de cursos en línea.

Primer paso, ponte la gorra de detective de Sherlock. Empieza por identificar quiénes son tus competidores directos, ¿Moriaty? — estas son las personas que ofrecen cursos similares a los suyos. ¿Cuáles son sus precios? ¿Qué extras ofrecen? ¿Se decantan por el mercado de gama alta o por el público económico? Esta información es como el oro: te indica cuál es tu posición en el panorama general y puede ayudarte a ajustar tus precios para igualarlos o rebajarlos, según tu estrategia.

Pero no se trata solo de ser más barato o más caro. Pregúntese: ¿qué puedo ofrecer que ellos no ofrezcan? Tal vez sea contenido exclusivo, un estilo de enseñanza único, o un aspecto comunitario que les falta. Esta es tu oportunidad de brillar y justificar tus precios aportando más valor a tu curso.

Piénsalo como elegir una película para verla. Claro, podrías optar por el éxito de taquilla del que todo el mundo habla, pero a veces esa película independiente ofrece algo único e igual de valioso, por lo que vale la pena invertir tu tiempo y dinero. Ese es el tipo de nicho que quieres hacerte un hueco.

Una vez que hayas superado a la competencia, ajusta tus velas. Tal vez encuentres un hueco en el mercado que busca un curso con un precio superior y repleto de funciones, o quizás haya espacio para una opción rentable y sencilla que, aun así, ofrezca un contenido sólido. Se trata de posicionarse de manera que los estudiantes potenciales piensen: «¡Sí, esto es exactamente lo que estaba buscando!»

Psicología de los precios

Muy bien, entremos en el meollo de la psicología detrás de los precios porque, aunque no lo creas, los números pueden jugar juegos mentales. ¿Alguna vez te has preguntado por qué ese precio de 9,99 dólares parece mucho más barato que 10 dólares? No se trata solo de ti; es un auténtico truco psicológico y tiene un nombre: precios encantadores. Pero hay más en la historia que solo ahorrar un centavo.

Precios de Charm:

Este truco de la vieja escuela consiste en hacer que un precio parezca menor quedándose un centavo por debajo de un número redondo. Nuestros cerebros tienden a procesar 9,99 dólares como «nueve y algo» en lugar de «casi diez», lo que nos hace sentir que estamos consiguiendo un trato. Escurridizo, ¿verdad?

Anclaje de precios:

He aquí otro truco de mago. Si primero se muestra un precio más alto (el ancla), cualquier precio que le siga parece una ganga. Supongamos que primero muestras un precio de 300$ por un curso y luego lo ofreces a 200$. De repente, 200 dólares parecen una ganga porque están respaldados por un precio más alto.

Empaquetado:

¿A quién no le gusta un buen paquete? Combina tu curso con otro producto o curso y listo, el precio total parece más justificado. Es como conseguir una oferta de comida en lugar de solo una hamburguesa. Más por su dinero, y le resulta más fácil desembolsar el dinero.

El uso de estas estrategias puede ayudar a los estudiantes potenciales a pasar de la línea de toma de decisiones. Se trata de hacer que tu curso no solo parezca valioso, sino también de hacer que el precio parezca justo: cómodo, justificado y demasiado bueno para dejarlo pasar.

Piénsalo de esta manera: cuando sales de compras y ves algo que te gusta con una «oferta por tiempo limitado» o una «venta de cierre», ¿no te parece más urgente, más necesario comprarlo ahora? Esa es la fijación de precios psicológicos en su máxima expresión.

Pruebas y comentarios

Bien, pongámonos manos a la obra y sumerjámonos en algo que puede sonar un poco técnico pero que es muy crucial: las pruebas y los comentarios. No se trata de hacer conjeturas descabelladas y esperar lo mejor; se trata de utilizar datos reales y procesables para ajustar los precios hasta que den frutos.

Pruebas A/B:

¿Has oído hablar de ello? Es bastante simple pero poderoso. Crea dos versiones de la página de inicio de tu curso, cada una con un precio diferente, y comprueba cuál genera más ventas. No se trata solo de lanzar una moneda, sino de experimentar estratégicamente. Si el valor percibido es claro, podrías descubrir que tu audiencia no se inmuta ante un precio más alto, o podrías encontrar el punto óptimo que maximiza tanto las ventas como la satisfacción.

Bucles de retroalimentación:

Una vez que comience el curso, no se quede sentado. Comunícate con tus alumnos. Pregúntales sobre su experiencia, no solo sobre el contenido del curso, sino también sobre su precio. ¿Pensaron que merecía la pena? ¿Se lo recomendarían a ese precio a un amigo? Estos comentarios son oro en polvo para modificar tu estrategia de precios.

Imagina que eres chef. Acabas de lanzar un plato nuevo. Claro, piensas que sabe muy bien, pero lo que realmente importa es si tus comensales vuelven por unos segundos o lo recomiendan a otros. Personalmente, odio los platos pequeños, quiero un plato de comida adecuado. Su curso y su precio no son diferentes. Necesitas esa prueba de sabor, el visto bueno de quienes más te importan: tus alumnos.

Al realizar pruebas y adaptaciones continuas en función de los comentarios, no solo dispararás en la oscuridad. Estás tomando decisiones informadas que mantienen tu curso atractivo y a un precio competitivo, y te aseguras de que tus alumnos sientan que están sacando provecho de su dinero.

Comercialización de su precio

Ahora, pasemos a una pieza crucial del rompecabezas: la comercialización de su precio. No se trata solo de ponerle una etiqueta a tu curso y darlo por terminado; se trata de crear un mensaje en torno a tu precio que llegue a los estudiantes potenciales. Tienes que hacer que vean el valor más allá de los signos del dólar.

Comunicación clara:

Empieza con claridad. Asegúrate de que tus posibles alumnos entiendan lo que obtienen por su dinero. Desglosa las funciones, los beneficios y las ventajas únicas de tu curso. Es como contarle a un amigo por qué la hamburguesa un poco más cara de ese nuevo restaurante vale cada centavo: por los ingredientes gourmet, la salsa especial del chef o el ambiente que la acompaña.

Resalte el valor, no el precio:

Concéntrese en el valor que ofrece su curso. ¿Ofrecéis acceso de por vida? ¿Sesiones de tutoría personal? ¿Recursos exclusivos? Destaque estas ventajas. Se trata de demostrar que, si bien tu curso puede costar 200 dólares, la comida para llevar vale mucho más. Como conseguir una entrada VIP para un concierto, sí, es más cara, pero la experiencia cercana y personal hace que sea inestimable.

Usa las promociones con prudencia:

Las promociones pueden ser una excelente manera de impulsar la inscripción, pero deben usarse de manera estratégica. Las ofertas por tiempo limitado, los descuentos por inscripción anticipada o los precios especiales para los estudiantes que regresan pueden generar urgencia e impulsar las ventas. Sin embargo, recuerde mantener alto el valor percibido. No quieres hacer que tu campo parezca barato; considéralo como hacer que tu campo sea más accesible, de forma temporal, para aquellos que están indecisos.

Promocionar tu precio de manera efectiva significa crear una historia en torno a tu curso que haga que el precio parezca parte del paquete, no solo una barrera. Se trata de pintar un panorama tan atractivo que el precio pase a ser una consideración secundaria frente a la promesa de la experiencia y los resultados.

Escalado y ajuste

De acuerdo, hemos recorrido un largo camino, pero hay una última pieza del rompecabezas que encajar: escalar y ajustar tus precios a medida que creces. No se trata de fijarlo y olvidarlo, sino de ser tan dinámico y adaptable como el mercado en el que operas. ¡Después de todo, Arnold Schwarzenegger puede cobrar más por un curso de culturismo que un hermano de Gymshark!

Cuándo ajustar los precios:

Esté atento a algunos indicadores clave que indican que es hora de modificar sus precios. Si tus suscripciones comienzan a caer pero los intereses siguen siendo altos, esto podría indicar que tu precio es demasiado elevado. Por el contrario, si eres agotándose más rápido que los hotcakes en un mercado dominical, tal vez sea hora de probar un precio más alto. Se trata de conocer la sala o, en este caso, el mercado.

Plan de crecimiento:

A medida que su marca crezca y su curso gane reputación, su estrategia de precios también debería evolucionar. Tal vez introduzcas módulos avanzados o combines sesiones de entrenamiento individuales, lo que puede justificar un aumento de precio. Es como añadir una edición especial a tu álbum de música; les da a tus fans algo nuevo y valioso a lo que aferrarse.

Manténgase flexible e informado:

Mantente al tanto de las tendencias del sector, los movimientos de la competencia y los comentarios de los clientes. El espacio de aprendizaje digital está en constante evolución, y mantenerse informado lo ayudará a seguir siendo competitivo y relevante. Sé ese DJ en un club, ajustando constantemente las pistas y el volumen para mantener al público lleno de energía y compromiso.

Conclusión

Recuerda que tus precios no solo se refieren a cubrir los costos o a obtener ganancias; son una parte crucial de la historia de tu curso y de cómo lo reciben los posibles estudiantes. Se trata de sentar las bases para una experiencia educativa exitosa que, para los alumnos, valga la pena cada centavo.

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